Esta navidad ponte verde |
Por eso Vida Verde quiere proponer una serie de alternativas para celebrar estas fiestas de un modo más sostenible.
Consejos antes de comprar un regalo
Esta navidad obsequia un regalo ecológico |
Antes de comprar un regalo, reflexiona...
• Lo primero que hay que hacer antes de comprar algo es reflexionar sobre si realmente se necesita.
• Una vez que se ha decidido adquirir el producto, es muy importante intentar averiguar cómo ha sido fabricado, si en su proceso de producción se ha perjudicado al medio ambiente o a algún ser humano.
• También hay que pensar cómo repercute su utilización en el medio ambiente.
Disminución de los residuos
Los envases y embalajes son un problema serio para el medio ambiente. Un 40% de la basura doméstica son residuos orgánicos, del resto, un 80% lo constituyen envases. Este porcentaje crece sin cesar y se dispara en Navidad. Para fabricarlos se destruyen recursos naturales, se contamina el agua y la atmósfera. Tanto en su fabricación como en su reciclaje se consumen grandes cantidades de energía y cuando se convierten en residuos tienen un notable impacto ambiental, tanto si se depositan en vertederos como, sobre todo, si se incineran.
Mientras que el resto del año cada persona genera un kilo y medio de basuras al día (hace 30 años no se llegaba ni a medio kilo), en estas fechas son dos kilos; y la mitad son envoltorios y embalajes.
Se puede reducir la cantidad de residuos generados poniendo en práctica los siguientes consejos:
• Cada vez que se compre algo es importante pensar cuántos residuos genera aquello que consumimos.
• Evitar los productos de “usar y tirar”.
• Rechazar las bolsas de plástico que dan en los comercios y llevar bolsas de tela o el clásico carrito de la compra.
• Hacer un ejercicio de imaginación, muchas de las cosas que se tiran a la basura se pueden reparar, reutilizar o reciclar.
• Evitar las latas, y rechazar los alimentos con muchos envases. Las fiambreras o los tarros de cristal son una alternativa mucho más saludable y ecología para guardar los alimentos que tapándolos con plástico o aluminio.
• Comprar el contenido y no el envase. Muchas veces se paga más por los envoltorios que se tiran directamente a la basura que por el contenido.
• Elegir productos con envases retornables o reutilizables.
• Evitar utilizar productos de limpieza que se han venido utilizando tradicionalmente, como la lejía o el amoniaco, que aparte de producir residuos tóxicos son perjudiciales para la salud. El jabón, el vinagre o el limón son alternativas más ecológicas e igual de eficaces en la limpieza.
• Al recibir regalos, no tirar el papel, se puede guardar para otras ocasiones.
• En Navidad se reciben muchas tarjetas de felicitación, en vez de tirarlas se pueden reutilizar.
• Reciclar un regalo que ya se tenga en casa.
Alimentación más ecológica y saludable
• Lo primero que hay que hacer antes de comprar algo es reflexionar sobre si realmente se necesita.
• Una vez que se ha decidido adquirir el producto, es muy importante intentar averiguar cómo ha sido fabricado, si en su proceso de producción se ha perjudicado al medio ambiente o a algún ser humano.
• También hay que pensar cómo repercute su utilización en el medio ambiente.
Disminución de los residuos
Los envases y embalajes son un problema serio para el medio ambiente. Un 40% de la basura doméstica son residuos orgánicos, del resto, un 80% lo constituyen envases. Este porcentaje crece sin cesar y se dispara en Navidad. Para fabricarlos se destruyen recursos naturales, se contamina el agua y la atmósfera. Tanto en su fabricación como en su reciclaje se consumen grandes cantidades de energía y cuando se convierten en residuos tienen un notable impacto ambiental, tanto si se depositan en vertederos como, sobre todo, si se incineran.
Mientras que el resto del año cada persona genera un kilo y medio de basuras al día (hace 30 años no se llegaba ni a medio kilo), en estas fechas son dos kilos; y la mitad son envoltorios y embalajes.
Se puede reducir la cantidad de residuos generados poniendo en práctica los siguientes consejos:
• Cada vez que se compre algo es importante pensar cuántos residuos genera aquello que consumimos.
• Evitar los productos de “usar y tirar”.
• Rechazar las bolsas de plástico que dan en los comercios y llevar bolsas de tela o el clásico carrito de la compra.
• Hacer un ejercicio de imaginación, muchas de las cosas que se tiran a la basura se pueden reparar, reutilizar o reciclar.
Cuida el medio ambiente esta navidad |
• Evitar las latas, y rechazar los alimentos con muchos envases. Las fiambreras o los tarros de cristal son una alternativa mucho más saludable y ecología para guardar los alimentos que tapándolos con plástico o aluminio.
• Comprar el contenido y no el envase. Muchas veces se paga más por los envoltorios que se tiran directamente a la basura que por el contenido.
• Elegir productos con envases retornables o reutilizables.
• Evitar utilizar productos de limpieza que se han venido utilizando tradicionalmente, como la lejía o el amoniaco, que aparte de producir residuos tóxicos son perjudiciales para la salud. El jabón, el vinagre o el limón son alternativas más ecológicas e igual de eficaces en la limpieza.
• Al recibir regalos, no tirar el papel, se puede guardar para otras ocasiones.
• En Navidad se reciben muchas tarjetas de felicitación, en vez de tirarlas se pueden reutilizar.
• Reciclar un regalo que ya se tenga en casa.
Alimentación más ecológica y saludable
Ten una verde navidad |
Cuando cada año se incrementa el número de personas desnutridas en cuatro millones (según la FAO), en estas fechas se tiran hasta un 40% de los alimentos producidos, debido a descartes por exigencias estéticas del mercado, los fallos en la distribución de tan grandes volúmenes, etcétera. Por eso es importante tener en cuenta los siguientes consejos:
• Preparar la comida que se vaya a consumir, y guardar la que sobre para otra ocasión.
• Recuperar la cocina tradicional, y cuidar la alimentación evitando la comida basura o precocinada, que implica más envasado y consumo de energía.
• Consumir productos frescos y de temporada o menos elaborados. Resultan más ecológicos, más sabrosos y más saludables.
• Consumir productos que se hayan producido lo más localmente posible.
• No consumir algunos alimentos intrínsecamente ligados a la navidad, como los langostinos, porque están siendo criados en muchos casos en los humedales costeros tropicales, produciendo graves daños para las economías locales y para la biodiversidad.
Unos regalos navideños diferentes
En Navidad, los mensajes publicitarios van empapados de sentimientos entrañables en defensa de valores familiares y de elogio de la solidaridad. Sin embargo, la canalización de todos estos sentimientos va siempre encaminada a la consecución de un claro objetivo: incrementar las ventas bajo un asumido despilfarro navideño, sin tener en cuenta sus repercusiones sociales y ambientales.
Por ello proponemos que en vez de dedicar tiempo a estar en interminables colas en centros comerciales, se dedique ese tiempo a pensar en unos regalos diferentes. Y que se sea crítico con la publicidad y no creamos ciegamente los sueños que nos vende.
Echar la vista atrás para ver que, no hace tanto tiempo, éramos felices celebrando la navidad de otro modo, puede ayudar a ver que hay otros modelos diferentes al consumo desenfrenado.
En los juguetes
• Preparar la comida que se vaya a consumir, y guardar la que sobre para otra ocasión.
• Recuperar la cocina tradicional, y cuidar la alimentación evitando la comida basura o precocinada, que implica más envasado y consumo de energía.
• Consumir productos frescos y de temporada o menos elaborados. Resultan más ecológicos, más sabrosos y más saludables.
• Consumir productos que se hayan producido lo más localmente posible.
• No consumir algunos alimentos intrínsecamente ligados a la navidad, como los langostinos, porque están siendo criados en muchos casos en los humedales costeros tropicales, produciendo graves daños para las economías locales y para la biodiversidad.
Unos regalos navideños diferentes
En Navidad, los mensajes publicitarios van empapados de sentimientos entrañables en defensa de valores familiares y de elogio de la solidaridad. Sin embargo, la canalización de todos estos sentimientos va siempre encaminada a la consecución de un claro objetivo: incrementar las ventas bajo un asumido despilfarro navideño, sin tener en cuenta sus repercusiones sociales y ambientales.
Por ello proponemos que en vez de dedicar tiempo a estar en interminables colas en centros comerciales, se dedique ese tiempo a pensar en unos regalos diferentes. Y que se sea crítico con la publicidad y no creamos ciegamente los sueños que nos vende.
Echar la vista atrás para ver que, no hace tanto tiempo, éramos felices celebrando la navidad de otro modo, puede ayudar a ver que hay otros modelos diferentes al consumo desenfrenado.
En los juguetes
Reciclaje navideño |
El bombardeo publicitario que empieza más de un mes antes de que llegue la navidad no olvida a los más pequeños de la casa, y crea para ellos un montón de anuncios de juguetes. Según la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) en estas fechas se compran el 75% de los juguetes que se venden cada año.
Muchos padres y madres, sometidos a la presión de sus hijos e hijas, acaban por convencerse de que para demostrar lo mucho que les quieren les tienen que comprar más regalos, y terminan sometiéndose a la dictadura de la publicidad olvidando alternativas de consumo más justas social y ambientalmente. Aquí mostramos algunas de ellas:
• Buscar juguetes de artesanía local.
• Asegurar que son juguetes no sexistas ni bélicos.
• Buscar aquellos que estimulen la creatividad.
• No comprar juguetes que usen pilas.
• Asegurar que son adecuados a cada tipo de edad.
• Mirar que sean de materiales naturales y biodegradables.
• Asegurar que se esté pagando el producto, y no su publicidad.
• Además, lo más importante es que es posible jugar sin juguetes.
Muchos padres y madres, sometidos a la presión de sus hijos e hijas, acaban por convencerse de que para demostrar lo mucho que les quieren les tienen que comprar más regalos, y terminan sometiéndose a la dictadura de la publicidad olvidando alternativas de consumo más justas social y ambientalmente. Aquí mostramos algunas de ellas:
• Buscar juguetes de artesanía local.
• Asegurar que son juguetes no sexistas ni bélicos.
• Buscar aquellos que estimulen la creatividad.
• No comprar juguetes que usen pilas.
• Asegurar que son adecuados a cada tipo de edad.
• Mirar que sean de materiales naturales y biodegradables.
• Asegurar que se esté pagando el producto, y no su publicidad.
• Además, lo más importante es que es posible jugar sin juguetes.